Y para terminar...

La fecha de entrega ya muy muy cerca, es tiempo de cerrar este diario de aprendizaje. Antes de eso, creo que sería bueno hacer el balance. Pues francamente ha sido una tarea poco difícil: es innegable, el Marketing está por todas partes (incluso en las Iglesias ), nos rodea en todo momento, y realizar este trabajo nos ha permitido darnos cuenta de esto. Antes de empezar la asignatura, muchos de nosotros creíamos que el marketing era sinónimo de publicidad; en cierta medida lo es, pero también va mucho más allá. Gracias a los conocimientos que hemos podido adquirir, somos capaces ahora de ver que el color de un yogur o un determinado precio provienen de cálculos y suposiciones: en otras palabras, de una estrategia de marketing.

Esto no quiere decir que vamos a dejar de ser engañados por esos elementos que nos atraen sin que nos demos cuenta... pero al menos sabremos después de unos minutos de reflexión que lo hubiéramos podido relacionar con alguna cosa que nos ha dicho Carlos en clase.
Por esta razón (y unas más) me parece lógico agradecerle por esos conocimientos, pero también por haber tenido la paciencia de repetir una y otra vez en qué consistía este diario.

Espero haber seguido las pautas; en el caso contrario, lo lamento, pero al menos, habré sacado algo haciéndolo: ver a mi alrededor que lo que se aprende en clase tiene más aplicaciones en la realidad de lo que hubiera podido imaginar.